Tanto en adultos como en niños el aspecto social es fundamental para el bienestar psicológico e influye en todas las esferas de la vida. Las dificultes en este área son muy frecuentes en nuestra sociedad. A veces estos problemas se inician en la infancia y muchas personas adultas sufren estas dificultades desde siempre o aparecen asociadas a una situación externa o a un trastorno y es importante trabajar estas dificultades cuanto antes para evitar el sufrimiento.
La capacidad para relacionarse con los demás, lo que llamamos habilidades sociales, la asertividad y la resolución de conflictos se pueden entrenar y así mejorar en la expresión de las emociones positivas y negativas, afrontar con éxito situaciones sociales como hablar en público, relacionarse con los demás en situaciones específicas, defender la opinión de forma adecuada, así como decir que no o pedir favores y mejorar la autoestima. Esto facilita las relaciones interpersonales y evita el sufrimiento.