El estrés y el sistema inmune.

Frecuentemente asociamos el estrés a personas con trabajos que demandan mucho o que ponen en riesgo su vida. Sin embargo, todos podemos sentir estrés. Hay situaciones que son potencialmente generadoras de estrés. En la situación actual del coronavirus estamos viviendo algunas bastante impactantes:

  • El temor a la infección por el riesgo para la salud e incluso de la vida nuestra y de nuestros allegados.
  • El confinamiento.
  • La escasa información, incluso con bulos por las redes que nos hacen dudar.
  • Pérdidas de seres queridos sin poderse despedir.
  • Etc…

La influencia del estrés en la salud

El estrés consiste en una reacción del cuerpo frente a una amenaza. Una respuesta de alerta de dos tipos:

  • Física con la liberación de hormonas y neurotrasmisores, como la adrenalina y el cortisol.
  • Psicológica con mayor estado de alerta, para enfrentarnos a un peligro o huir de él.

El estrés agudo puede ser beneficioso, porque nos ayuda a cumplir cierto objetivo. Está relacionado con la liberación de adrenalina que incrementa la frecuencia cardíaca, activación del sistema simpático, parada de secreciones intestinales y broncodilatación, que entre otras cosas, aporta energía a los músculos para dar una respuesta idónea a la demanda que genera el estrés.

Pero cuando el estrés se prolonga en el tiempo deja de ser adaptativo, convirtiéndose en estrés crónico. Con respuestas como: incremento de la presión arterial, alteración de la motilidad intestinal, reacciones de la piel como dermatitis, alteración de la memoria y otros procesos cognitivos, del estado de ánimo y del sistema inmune.

La causa de estas alteraciones se debe fundamentalmente a la liberación de cortisol que provoca alteraciones en funciones vitales del cuerpo.

Estos cambios producidos por el estrés crónico pueden provocar también alteraciones en el sistema inmune. Facilitando procesos infecciosos por microorganismos y la aparición o reactivación de enfermedades inflamatorias y autoinmunes como el vitíligo, psoriasis, enfermedad de Crohn o lupus.

Si escuchas: «lo que te pasa se debe al estrés» no pienses que es algo psicológico, sino que cuerpo y mente es todo uno y no se puede separar.

 

Al identificar los síntomas producidos por el estrés en sus fases iniciales, podemos evitar que nuestro estado físico empeore. Para ello, hay que observar si se presentan los siguientes síntomas de forma recurrente:

  • Contracturas sobre todo en zona cervical y mandíbula.
  • Fatiga excesiva.
  • Dolores musculares.
  • Sensación de nerviosismo interior.
  • Pensamientos sobre falta de control o tiempo.
  • Ansiedad o decaimiento.
  • Problemas digestivos.
  • Cefaleas frecuentes sin explicación.

 

Qué podemos hacer para reducir y prevenir el estrés.

Mejorando el estrés mejoramos la salud, así que cuídate y no olvides:

Y recuerda que si esto no es suficiente la terapia psicológica online puede ayudar a controlar los síntomas y disminuir el estrés.

Almudena Mateos.

 

 

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